Pequeños brotes y caídas

Crear diálogos improvisados con los juguetes.
Tallarme los parpados al despertar.
Comer al último la parte de "en medio" de cualquier alimento.
Andar por toda la casa ensuciando los calcetines.
Hacer burbujas con un popote en el chocolate de la cena.
Acurrucarme como perro en la almohada antes de dormir.
Separar mis dedos (de los pies) con mis dedos (de la mano).
Peinarme las cejas.
Acariciarme la barbilla recién rasurada.
Desprender olor de un libro viejo y olerlo.
Respirar y soltar el cuerpo.
Eructar.
Caminar por horas; y dormir.
Dejar que el aire me despeine los cabellos.
Comer uvas.
Tronarme un pedo.
Caminar descalzo.
Escuchar y platicar (de forma interesada).
Abrazar.
Bostezar a mis anchas y altas.
Recordar un sueño.
Tostar un pan.
No entender el fuego.
Y para rematar: pisar una tachuela con el mero talón sin esperarlo.